Para nieve bajo control, Granada, que cuenta con un estupendo lugar donde disfrutarla: Sierra Nevada. Kilómetros y kilómetros de pistas para practicar esquí y snowboard, los deportes “de invierno”.
En esto de hacer deporte también podemos hablar de modas, y más en estos dos, donde el atuendo es fundamental. En primer lugar, para protegerse del frío, y en segundo, por cómo la ropa de esquí tiene sus propias tendencias.
Ir a la nieve requiere una cuantas prendas para ir bien equipado: botas, calcetines, pantalones, chaqueta, camiseta, forro polar, guantes, bufanda, gafas de sol, de ventisca, cinta del pelo, gorro, casco... Ojo que no hay que ponerse todo esto a la vez, pero aún así, las combinaciones son infinitas. Allá por los años ochenta la cosa era más fácil, ya que los monos enteros ahorraban tener que combinar la chaqueta con el pantalón y tan sólo te quedaba todo el resto. A parte de los monos, los pantalones ajustados, las chaquetas enormes y los colores flúor causaban sensación. Por los colores les conoceréis, que dirán algunos.
Hoy en día, los colores de la ropa de esquí son menos impactantes, aunque los tonos fuertes que destacan se usan muchos. El blanco, negro, beige, azules, rojos, rosas, algún verde, naranja...son los que predominan. Al margen de los colores, algunas esquiadoras merecen una mención especial por desafiar todas las leyes climáticas y esquiar con camiseta de cuello vuelto (espero que sea un forro polar) y chaleco acolchado, y normalmente suelen ir con una cinta del pelo y la melena al viento (no me quiero ni imaginar ese momento de peinarse tras la jornada de esquí). En cuanto a ellos, alguno he visto en manga corta.
La estética del snow es muy distinta. Por las tallas les conoceréis, sería el caso. La talla: XXXXL. Da igual que seas hombre o mujer, la talla va a ser la más gigante. Los colores y estampados, lo más llamativos posibles, para no perderse en la nieve (supongo) y ser bien visibles: de cuadros, de píxeles, de calaveras, dameros, de camuflaje...en de colores, muchos colores. Los gorros, lo más estrafalarios posibles: crestas, rastas, de pulpo, de pelo, con forma de animales, de bufón...las opciones son infinitas. Colores, estampados, tallas...pero siempre en prendas de abrigo diseñadas para esquiar.
Si vas a la nieve a esquiar, lo de ir de fashion victim y plantarse sobre la nieve en vaqueros, sí sí, en vaqueros, no es muy recomendable. Por lo del frío, más que nada. Aunque a mí más que un tema de ir a la moda, me parece una improvisación al más genuino estilo de pasaba por allí y de repente tengo unos esquís en los pies.
¡Disfrutad de la temporada de esquí!
En esto de hacer deporte también podemos hablar de modas, y más en estos dos, donde el atuendo es fundamental. En primer lugar, para protegerse del frío, y en segundo, por cómo la ropa de esquí tiene sus propias tendencias.
Ir a la nieve requiere una cuantas prendas para ir bien equipado: botas, calcetines, pantalones, chaqueta, camiseta, forro polar, guantes, bufanda, gafas de sol, de ventisca, cinta del pelo, gorro, casco... Ojo que no hay que ponerse todo esto a la vez, pero aún así, las combinaciones son infinitas. Allá por los años ochenta la cosa era más fácil, ya que los monos enteros ahorraban tener que combinar la chaqueta con el pantalón y tan sólo te quedaba todo el resto. A parte de los monos, los pantalones ajustados, las chaquetas enormes y los colores flúor causaban sensación. Por los colores les conoceréis, que dirán algunos.
Hoy en día, los colores de la ropa de esquí son menos impactantes, aunque los tonos fuertes que destacan se usan muchos. El blanco, negro, beige, azules, rojos, rosas, algún verde, naranja...son los que predominan. Al margen de los colores, algunas esquiadoras merecen una mención especial por desafiar todas las leyes climáticas y esquiar con camiseta de cuello vuelto (espero que sea un forro polar) y chaleco acolchado, y normalmente suelen ir con una cinta del pelo y la melena al viento (no me quiero ni imaginar ese momento de peinarse tras la jornada de esquí). En cuanto a ellos, alguno he visto en manga corta.
La estética del snow es muy distinta. Por las tallas les conoceréis, sería el caso. La talla: XXXXL. Da igual que seas hombre o mujer, la talla va a ser la más gigante. Los colores y estampados, lo más llamativos posibles, para no perderse en la nieve (supongo) y ser bien visibles: de cuadros, de píxeles, de calaveras, dameros, de camuflaje...en de colores, muchos colores. Los gorros, lo más estrafalarios posibles: crestas, rastas, de pulpo, de pelo, con forma de animales, de bufón...las opciones son infinitas. Colores, estampados, tallas...pero siempre en prendas de abrigo diseñadas para esquiar.
Si vas a la nieve a esquiar, lo de ir de fashion victim y plantarse sobre la nieve en vaqueros, sí sí, en vaqueros, no es muy recomendable. Por lo del frío, más que nada. Aunque a mí más que un tema de ir a la moda, me parece una improvisación al más genuino estilo de pasaba por allí y de repente tengo unos esquís en los pies.
¡Disfrutad de la temporada de esquí!
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