Fernando Jaén, médico y poeta,
nacido en Granada en 1975, presentaba a primeros de este año su sexto volumen
de poesía libre en la librería Picasso. La obra está vertebrada por las
participaciones del poeta en la web literaria Bruto y materializada en
carne sonora por el disco que la acompaña, Aprojimación a tu ciclo, de su
compañero y amigo, el anartista, Antonio Luis Guillén.
Desde el interés de Homero por la
anatomía, la vocación sanadora del ser humano ha llevado de la mano a la
medicina y a la literatura a lo largo de la historia. Son muchos los casos de
médicos escritores, o viceversa. Conan Doyle las diseccionó metódico para velar
herméticas las claves de ambas artes-ciencias.
Para Chéjov, la literatura fue una amante que lo salvara del tedio de la
decadencia burguesa; para Dostoyevski,
un camino por el que descifrar los enigmas de los pecados de la conciencia. Pío
Baroja la vio como un laberinto sobrio de sirenas sin centro y William Carlos
Williams, como la llave al jardín de una belleza etérea. Incluso Joyce utilizó
la medicina para desmembrar al Ulises moderno.
Al Doctor Jaén, la ciudad le
desteje su vientre, como un sepulcro
abierto, del que recoge el fruto ardiente de la vida y la literatura con
sus manos despiertas. Su terraza con vistas, a una vega sin tregua, preña el aire de un sí que quiebra el tiempo.
Una vega que le inspira, una llamada a la oración en el desierto, como origen de la visión mística.
Que lo disfruten.
Vicente Jaén.
Vicente Jaén.
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